domingo, 24 de junio de 2012

La conclusión es que sabemos muy poco y sin embargo es asombroso lo mucho que conocemos. Y más asombroso todavía que un conocimiento tan pequeño pueda dar tanto poder.
Bertrand Russell.

Filósofo y matemático. No fue un ejemplo de convencionalismo ni de adhesión a los valores establecidos. Sus padres de mentalidad liberal con ciertos matices radicales, hubieran deseado para su hijo una brillante carrera política. Y así, luego de la formación recibida en el Trinity College de Cambridge, el joven fue enviado en 1888 y para largo tiempo a los Estados Unidos, a fin de que pudiera estudiar allí la vida política y las instituciones del país.

Russell consideraba misión del intelectual la difusión de una cultura que habitúe a los hombres a la revisión de sus propias ideas y a la tolerancia mutua; la ciencia, en calidad de tal, no basta para la felicidad de los seres humanos, quienes, en la consecución de tal objetivo, deben acudir al arte, al amor y al respeto recíproco.

Buena parte de su obra es de contenido social y moral, en una vena inconformista muy poco apta para mentes esquemáticas. Respecto a la filosofía política, escribió varios estudios, entre ellos Los caminos de la libertad (1924), en el cual expuso las etapas históricas del socialismo, el anarquismo y el sindicalismo, trató temas relacionados con el gobierno, la ciencia y la cultura en el socialismo, además de analizar las ideas de Karl Marx, Mijail Alejandrovich Bakunin y otros.

En 1950 recibió el premio Nobel de Literatura. En 1952, a los ochenta años. En 1955 dio a la imprenta el testamento espiritual de Albert Einstein, y se manifestó abiertamente en favor de la prohibición de la guerra atómica y de los conflictos bélicos en general.

No hay comentarios:

Publicar un comentario