“Cuenta la historia que el rey Salomón podía hablar con las bestias, las aves, los peces y los gusanos. También puedo hacerlo yo, y no necesito para ello ningún anillo encantado. Por lo que a mí respecta, no considero muy noble emplear anillos mágicos en el trato con los animales. Sin tales encantamientos los seres vivos cuentan, al que sabe escucharlos, las historias más maravillosas, que son precisamente las verídicas”
miércoles, 21 de marzo de 2012
martes, 20 de marzo de 2012
Los comienzos de la etología
En 1973 se concedió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina a tres zoólogos pioneros: Karl von Frisch, Konrad Lorenz y Niko Tinbergen. La mención afirma que los tres fueron los principales arquitectos de una nueva ciencia: la ETOLOGÍA, el estudio científico del comportamiento de los animales, en particular bajo condiciones naturales. Ésta fue la primera vez que un investigador dedicado a las ciencias de la conducta recibió un galardón, lo que siginificó el establecimiento de la disciplina dedicada al comportamiento de los animales, que en realidad tiene sus raíces en los trabajos de Charles Darwin, cuya obra pionera fue "The Expression of de Emotions of Man and Animal", publicada en 1872.
lunes, 19 de marzo de 2012
Logo GREEN CAPITAL Vitoria-Gasteiz
El anagrama vegetal que parece firmar la postal de la  plaza de la Virgen Blanca desde hace seis semanas y que el Gabinete  Maroto mandó hacer para dotar a la Capital Verde Europea de 2012 de un  emblema 'green' es, en realidad, un monumento antiecológico. Así lo  denuncia la comunidad de botánicos especializados en plantas briofitas,  como el musgo, una de los dos variedades que se han empleado para  revestir la estructura metálica que dibuja los nombres de la ciudad en  castellano y euskera, enfatizados con una exclamación. «La técnica no  permite por ahora cultivar musgo en viveros. Solo se puede obtener  extrayéndolo del medio natural y difícilmente se regenera. Utilizar un  ser vivo arrancado de la naturaleza para crear un símbolo de las  políticas verdes de esta ciudad constituye una tremenda incongruencia»,  censura el vitoriano Patxi Heras, uno de los especialistas en este tipo  de plantas más reputados del país.
El 'insostenible' despropósito no acaba aquí. El musgo  usado por el vivero alicantino para confeccionar el encargo del  Ayuntamiento pertenece a la especie 'sphagnum magellanicum' y ha sido  importado de Chile. «Se trata de un tipo nada común -en la actualidad,  se estudia su inclusión en la lista roja de especies en vías de  extinción en España- que crece en un ambiente muy singular, como son las  turberas, un ecosistema extremadamente valioso para el mundo y, sin  embargo, el más amenazado hoy en día», asevera el científico. 
La importancia de este hábitat estriba, explica Heras, en  la capacidad de su principal inquilino, el musgo, de almacenar agua.  «Hasta veinte veces su propio peso. Por eso, las turberas conforman las  reservas hídricas del planeta», afirma. «Su destrucción provoca que,  cuando llueve, el agua se escape provocando riadas y, en época de  sequía, que las poblaciones queden desabastecidas». A esa cualidad de  aljibe global se suma que los humedales dominados por el 'sphagnum'  poseen un elevado potencial de almacenamiento de carbono, debido a su  parsimoniosa descomposición. Su eliminación altera esa función y  favorece el cambio climático. 
Actividad sin regulación 
La nación que comanda Sebastián Piñera lidera, junto a  Brasil, Nueva Zelanda o Australia el comercio de dudosa ética de este  tipo de musgo, una actividad que ha crecido notablemente en los últimos  años alimentada por su demanda en la horticultura y en la producción de  artículos manufacturados, como los pañales. A diferencia de lo que  ocurre en las Antípodas y en la Unión Europea, Chile carece de cualquier  regulación legal en la extracción de lo que allí denominan «pompón».
Esta circunstancia ha propiciado, por un lado,  «verdaderos estragos en muchas zonas de extracción» y, por otro, la  aparición de una «mafia subterránea que se está aprovechando de la  situación». «Muchas empresas que traen el musgo a Europa -en especial, a  Francia- no están sensibilizadas con el tema. Venden la imagen de un  recurso renovable y hablan de comercio justo, pero la realidad es que  los operarios son campesinos que trabajan en condiciones miserables.  Venden por sacos el material a intermediarios y éstos son los que lo  explotan», asegura Juan Larraín, miembro del Departamento de Botánica de  la Universidad chilena de Concepción y estudioso del tema. «Por todo  ello, y teniendo en cuenta el problema ambiental que genera en Chile, es  un contrasentido que Vitoria haya empleado ese musgo para su emblema  'green'», valora.
Para Carolina León, una compatriota que realiza una  investigación predoctoral en el Departamento de Biología Vegetal de la  Universidad Complutense de Madrid, Vitoria «no puede acreditar que el  musgo proviene de una extracción sostenible. Por ello, es contradictorio  promover un desarrollo sostenible sin asegurarse que lo que se usa como  símbolo de esa política ha podido causar serios daños ambientales en su  lugar de procedencia».
Verde de 'bote' 
El espinoso asunto cobra un tinte entre zafio y absurdo  si se tienen en cuenta otros dos factores. El primero, que el musgo en  cuestión se caracteriza por su vivo color rojo. «Cuando se seca cambia a  una tonalidad pajiza. El del logotipo es verde, lo que indica que ha  sido teñido», asevera Heras. El segundo, que se ha empleado como  elemento de sujeción de la otra planta usada para ornamentar la  estructura, de la especie 'Dyamondia' y habitual en los viveros.  «Desconozco por qué no se ha recurrido para ello a las esponjas que  venden en las floristerías o a ropa reciclada, como han hecho en el  Museo de Ciencias de Toulouse para acondicionar varias paredes  naturales».
Pero aún hay más. El Ayuntamiento estaba advertido. El  pasado octubre, y tras conocer el proyecto municipal a través de EL  CORREO, el propio científico les previno. Heras, socio del Grupo  Internacional de Conservación del Musgo y de la Sociedad Española de  Briología, avisó a los responsables de la Green Capital de lo  disparatado de la idea. Pero, al parecer, no la reciclaron.
Pasito a pasito se consiguen las cosas
Ella desafió las normas establecidas cuando en 1967 se convirtió en la primera mujer en correr una maratón, una prueba, hasta ese momento, exclusivamente para hombres.
Para ello se inscribió como KV Switzer y cruzó la línea de salida con el dorsal 261 como si fuera un corredor más. Pero Kathrine pasó a la Historia cuando uno de los jueces a mitad de la carrera se dio cuenta y saltó tras ella para detenerla, pero el resto de corredores se lo impidieron y la “escoltaron” para que pudiera terminar la carrera, con un tiempo de 4 horas y 20 minutos. Ese es uno de los momentos inolvidables de la historia de los maratones que quedó para el recuerdo en esta foto
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