martes, 29 de mayo de 2012

Knut: el oso polar que nació en cautividad



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Knut

La historia de Knut, el oso polar nacido en cautividad en el zoológico de Berlín, es bastante conocida. Pero nos ayuda a reflexionar que nos somos ni mejores ni peores que el resto de las especies animales. Es la Naturaleza la que manda, aunque nos creamos dioses, la mano del hombre destruye, aunque sea con toda su buena intención.
Por lo general la intención es mala, creemos que todo es nuestro y solo nos importa nuestra comodidad. Cuando la naturaleza nos pone en nuetro sitio, lo llamamos desastres naturales y nos echamos las manos a la cabeza, nos preguntamos ¿Por qué nosotros? y vemos tintes apocalípticos, cuando en realidad, es la Vida, con mayúsculas porque es la de todo el planeta, que sigue su curso natural. Y que lo seguirá, con y sin nosotros.

Knut nació en el zoológico de Berlín el 5 de diciembre de 2006. El más de diciembre en Berlín es muy bueno para un oso polar, cuando puedes alcanzar tranquilamente los -23º en la calle. Él y su hermanito sin nombre fueron rechazados nada más nacer por su madre, la osa Tosca. Los cuidadores del zoo rescataron a los ositos e intentaron salvarlos, eran los primeros oseznos nacidos en cautividad en el Berlín. El hermanito de Knut murió de una infección poco después, y aquí empezó la polémica sobre mantener con vida o no al bebé oso. Es común en los zoológicos que cuando una madre rechaza a sus crías, éstas se sacrifican, para no interferir en el ritmo de la naturaleza.

Miles de niños se concentraron en el zoo de Berlín pidiendo que se salvara a Knut. Pasó 44 días en la incubadora y por fin , encontró una mamá adoptiva. Uno de sus cuidadores, Thomas Dörflein,  ya tenía un cariño especial por el pequeñín, de manera que se convirtió voluntariamente en “la madre de Knut”. Se trasladó a vivir al zoológico durante dos años y dormía en un colchón junto al osezno, que fue alimentado con biberón ( la criaturita se tragaba dos botellas de leche cada dos horas), papilla de avena y comida para gatos.

Thomas jugó con él y lo mimó, dando otra oportunidad a un osito alegre y juguetón.

Como siempre, la gente no podía estar callada, pensaban que el trato tan cercano entre el cuidador y el osezno afectaría a su forma de ver a los humanos, que no deben interferir en la vida natural. Con tanto mimo, el oso creería que era una persona y no un oso. El mismo riesgo correría Thomas, digo yo, creer que era una osa y no un hombre después de pasar dos años viviendo dentro de un zoológico sin separarse del osito.

El 23 de marzo de 2008 Knut y Thomas hicieron su primera aparición en público. No tardó nada en surgir la “knutmanía”. Este pequeñín tan simpático con sus monerías no tardó nada en ganarse el corazón de los berlineses.

Hacían dos exibiciones diarias. Y el zoológico empezó ganar dinero. Knut se había convertido en toda una estrella y además, en un osito muy rentable.

Protagonizó varias campañas, en concreto contra el calentamiento global que está acabando con sus primos de los polos, como este sello conmemorativo que dice “preservar la naturaleza del mundo”

Cuando cumplió un año, ya no era ese cachorrito entrañable que todo el mundo quería achuchar (y podía, virtualmente, comprando su versión en peluche, yo la tengo) pesaba 100 kilos y pensaron en quitar los croissants del desayuno de su dieta.

Decían que ya no era tan bonito, pero Knut se había acostumbrado a la fama, y no dejaba de hacer monerías delante del público. Necesitaba la atención que ahora querían negarle porque se volvió demasiado peligroso jugar con él debido a su peso.

Separado definitivamente de su madre adoptiva, ahora querían que se comportara como un oso polar normal, pero él era muy especial.

Durante su último cumpleaños se le veía deprimido y triste. Decían que era stress por convivir con tres hembras, entre ellas su madre. Otros tristeza, porque su última novia, Gianna ( a la que no hizo ni caso), la devolvieron a su zoológico de origen. ¿No sería que echaba de menos a su único amigo?. Thomas Dörflein había fallecido de paro cardíaco en septiembre de 2008.

Knut murió el 19 de marzo pasado, delante de su público. Dicen que sufría una lesión cerebral que nunca habían detectado. Aunque muchos querían enterrarle junto a su amigo Thomas, el zoológico no quiere perder su fuente de ingresos, y prefiere disecarlo y seguir exponiéndole, como una atracción de feria. Para los niños, que no entienden de especulaciones financieras, ahora Berlín es un poquito más triste.

RIP Knut.
Berlin. 5 de Diciembre 2006- 19 de Marzo 2011.
Tejido por Angelika.
Fotografías archivo zoológico de Berlín.

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