EL PARADIGMA DE LA RIQUEZA
Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el interior del país, con el firme propósito de que éste viera cuán pobre podría llegar a ser la gente de campo. Que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos, que parecían tenerlo todo.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos, en una granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje, y de regreso a casa, el padre pregunta a su hijo : ¿ Qué te pareció el viaje ?
¡¡ Muy bonito Papá !!
¿ Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente ?
¡¡ Sí..¡¡
¿ Y qué aprendiste ?
Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.
Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin.
Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas.
Nuestro patio llega hasta el borde de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte.
Especialmente Papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y Mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo... y su hijo agregó :
¡¡ Gracias Papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser...!!
“Cuenta la historia que el rey Salomón podía hablar con las bestias, las aves, los peces y los gusanos. También puedo hacerlo yo, y no necesito para ello ningún anillo encantado. Por lo que a mí respecta, no considero muy noble emplear anillos mágicos en el trato con los animales. Sin tales encantamientos los seres vivos cuentan, al que sabe escucharlos, las historias más maravillosas, que son precisamente las verídicas”
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