cuando comes carne ¿sabes lo que haces?
En el número 22 del año 2004 de la revista World Watch, sin abordar la ética del vegetarianismo ni los derechos de los animales y sólo con fundamentos ecológicos y económicos, se nos explica cómo el comer carne es una amenaza para la especie humana entre otras especies.
En el último siglo el consumo de carne se ha multiplicado por cinco lo que ha agravado la mayoría de los problemas medioambientales..
Albert Einstein dijo: “Nada beneficiará tanto a la salud humana y aumentará las oportunidades de supervivencia en la Tierra como una dieta vegetariana”.
Pasamos a enumerar algunos de los problemas que conlleva el comer carne:
La deforestración: Los animales domésticos requieren mucha más superficie que los cultivos para producir la misma cantidad de proteínas. Se ha calculado que los cultivos mundiales si fueran equitativamente distribuidos, podrían suministrar una dieta vegetariana a 6000 millones de personas, pero para una dieta rica en carne, tan sólo servirían para 2600 millones. Teniendo en cuenta que somos 6400 millones y que el consumo de carne aumenta, parece que nos faltan tierras, lo que a corto plazo se va a traducir en más desaparición de bosques.
La producción de alimentos de las tierras de cultivo, crece menos que la población y por lo tanto la alternativa será reducir drásticamente el consumo de carne porque la conversión de terrenos de pasto en cultivos para la alimentación incrementará la cantidad de alimentos producidos.
La destrucción de las praderas. El ganado vacuno es alimentado con plantas forrajeras que se cultivan en parte en las praderas donde vivían los animales salvajes. El estiércol de las vacas es grande, húmedo y plano por lo que se calienta y pierde rápidamente gran parte del nitrógeno en forma de amoniaco con lo que no fertilizan la tierra tan eficientemente como otros ungulados salvajes, y además necesitan caminar diariamente hasta los abrevaderos por lo que causan más compactación de la tierra con tanto pisoteo.
El agua dulce. La dieta usual de una persona en EEUU requiere unos 16.000 litros de agua por día (para dar de beber a los animales, regar los cultivos, procesar, lavar, cocinar…). Una persona con una dieta vegetariana necesita 1.100 litros. Podríamos ahorrar más agua dejando de comer 1 kilo de carne que si dejamos de ducharnos durante un año.
Vertido de residuos. Los ríos que se llevan los residuos ganaderos vierten tal cantidad de nitrógeno en bahías y golfos que ya han contaminado grandes áreas del fondo marino. Los nutrientes de los residuos ganaderos provocan el crecimiento de algas que consumen el oxígeno de las aguas contribuyendo a crear zonas muertas.
El consumo de energía. Los cultivos de cereales necesarios para alimentar al ganado consumen grandes cantidades de productos químicos derivados del petróleo, a lo que hay que añadir la energía necesaria para el transporte de ganado y de carne y para su mantenimiento en frigoríficos. Se ha calculado que se necesitan 8,3 litros de gasolina para producir 1 kilo de carne.
El calentamiento del planeta se debe al consumo de la energía cuya fuente es el quemar carbono, y en la medida que la producción y comercialización de la carne necesita mucha energía, contribuirá por lo tanto al calentamiento: pero además el ganado emite directamente gases invernadero como subproducto de la digestión.
Una vaca lechera produce unos 75 kg de metano al año y hay que tener en cuenta que una tonelada de metano tiene un potencial de calentamiento equivalente a 23 toneladas de CO2.
Las enfermedades transmisibles se han visto favorecidas por una globalización que ha incrementado la movilidad del ganado y de sus productos. Además el uso indiscriminado de antibióticos para prevenir infecciones, en vez de mantener al ganado en buenas condiciones higiénicas con la limpieza de sus instalaciones, que es más costoso, ha hecho aumentar la resistencia a los antibióticos en todo el mundo.
Las enfermedades de nuestro modo de vida. Las enfermedades coronarias se vinculan con la obesidad resultante del consumo excesivo de azúcar, sal y grasa (especialmente animal) y la falta de ejercicio resultante de un diseño urbano basado en el automóvil.
La pérdida de la biodiversidad y la amenaza de extinción. La tala de árboles para crear pastos para el ganado, necesita de la apertura de pistas para el acceso de los camiones madereros, pero estas pistas también facilitan el acceso de los cazadores a hábitats frágiles, donde habitan por ejemplo gorilas, chimpancés u otros primates.
En el último siglo el consumo de carne se ha multiplicado por cinco lo que ha agravado la mayoría de los problemas medioambientales..
Albert Einstein dijo: “Nada beneficiará tanto a la salud humana y aumentará las oportunidades de supervivencia en la Tierra como una dieta vegetariana”.
Pasamos a enumerar algunos de los problemas que conlleva el comer carne:
La deforestración: Los animales domésticos requieren mucha más superficie que los cultivos para producir la misma cantidad de proteínas. Se ha calculado que los cultivos mundiales si fueran equitativamente distribuidos, podrían suministrar una dieta vegetariana a 6000 millones de personas, pero para una dieta rica en carne, tan sólo servirían para 2600 millones. Teniendo en cuenta que somos 6400 millones y que el consumo de carne aumenta, parece que nos faltan tierras, lo que a corto plazo se va a traducir en más desaparición de bosques.
La producción de alimentos de las tierras de cultivo, crece menos que la población y por lo tanto la alternativa será reducir drásticamente el consumo de carne porque la conversión de terrenos de pasto en cultivos para la alimentación incrementará la cantidad de alimentos producidos.
La destrucción de las praderas. El ganado vacuno es alimentado con plantas forrajeras que se cultivan en parte en las praderas donde vivían los animales salvajes. El estiércol de las vacas es grande, húmedo y plano por lo que se calienta y pierde rápidamente gran parte del nitrógeno en forma de amoniaco con lo que no fertilizan la tierra tan eficientemente como otros ungulados salvajes, y además necesitan caminar diariamente hasta los abrevaderos por lo que causan más compactación de la tierra con tanto pisoteo.
El agua dulce. La dieta usual de una persona en EEUU requiere unos 16.000 litros de agua por día (para dar de beber a los animales, regar los cultivos, procesar, lavar, cocinar…). Una persona con una dieta vegetariana necesita 1.100 litros. Podríamos ahorrar más agua dejando de comer 1 kilo de carne que si dejamos de ducharnos durante un año.
Vertido de residuos. Los ríos que se llevan los residuos ganaderos vierten tal cantidad de nitrógeno en bahías y golfos que ya han contaminado grandes áreas del fondo marino. Los nutrientes de los residuos ganaderos provocan el crecimiento de algas que consumen el oxígeno de las aguas contribuyendo a crear zonas muertas.
El consumo de energía. Los cultivos de cereales necesarios para alimentar al ganado consumen grandes cantidades de productos químicos derivados del petróleo, a lo que hay que añadir la energía necesaria para el transporte de ganado y de carne y para su mantenimiento en frigoríficos. Se ha calculado que se necesitan 8,3 litros de gasolina para producir 1 kilo de carne.
El calentamiento del planeta se debe al consumo de la energía cuya fuente es el quemar carbono, y en la medida que la producción y comercialización de la carne necesita mucha energía, contribuirá por lo tanto al calentamiento: pero además el ganado emite directamente gases invernadero como subproducto de la digestión.
Una vaca lechera produce unos 75 kg de metano al año y hay que tener en cuenta que una tonelada de metano tiene un potencial de calentamiento equivalente a 23 toneladas de CO2.
Las enfermedades transmisibles se han visto favorecidas por una globalización que ha incrementado la movilidad del ganado y de sus productos. Además el uso indiscriminado de antibióticos para prevenir infecciones, en vez de mantener al ganado en buenas condiciones higiénicas con la limpieza de sus instalaciones, que es más costoso, ha hecho aumentar la resistencia a los antibióticos en todo el mundo.
Las enfermedades de nuestro modo de vida. Las enfermedades coronarias se vinculan con la obesidad resultante del consumo excesivo de azúcar, sal y grasa (especialmente animal) y la falta de ejercicio resultante de un diseño urbano basado en el automóvil.
La pérdida de la biodiversidad y la amenaza de extinción. La tala de árboles para crear pastos para el ganado, necesita de la apertura de pistas para el acceso de los camiones madereros, pero estas pistas también facilitan el acceso de los cazadores a hábitats frágiles, donde habitan por ejemplo gorilas, chimpancés u otros primates.
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